27.1.05

Herencia de la Ley suprema de la vida

Gosho Zenshu, pág. 1336
The Major Writings of Nichiren Daishonin, Vol. 1. pág. 21
Tomado de Línea Abierta. SGIV website. 2004



Nichiren escribió lo siguiente:

Acabo de leer cuidadosamente su carta. Para responderle, la herencia de la Ley suprema de la vida [y la muerte, que se transmite del Buda a todos los seres vivientes] es Miojo Rengue Kio. Los cinco caracteres de Miojo Rengue Kio
[1] fueron transferidos por Sakyamuni y Tajo – los dos budas que estaban en la Torre de los Tesoros – al bodisatva Yogyo, y así continuó una herencia ininterrumpida desde el infinito pasado. Mio representa la muerte, y Jo se refiere a la vida. La vida y la muerte son dos fases que manifiestan las entidades de los Diez Estados. A esto se llama totai rengue [la ley de causa y efecto como entidad de la vida en sí].
T’ient-t’ai dijo: “Usted debe comprender que todas las acciones y reacciones de los sujetos y de su ambiente, en interrelación, manifiestan la Ley de simultaneidad de causa y efecto”
[2]. En este fragmento, “los sujetos y su ambiente” significa la realidad de la vida y la muerte. Allí donde hay vida y muerte, funciona claramente la ley de simultaneidad de causa y efecto.
El gran maestro Denguio dijo: “El nacimiento y la muerte son las funciones místicas de la esencia de la vida. La realidad suprema de la vida yace en la existencia y la no existencia”
[3]. No hay ningún fenómeno que esté libre de nacer y de morir: ni el cielo ni la tierra, ni el yin ni el yang[4], ni el Sol ni la Luna, ni los cinco planetas[5], ni ningún estado de la vida, desde el Infierno hasta la Budeidad. Así, la vida y la muerte de todos los fenómenos son, simplemente, dos fases de Miojo Rengue Kio. En su Maka Shikan, T’ien-t’ai dice: “La aparición de todas las cosas es la manifestación de su naturaleza intrínseca; y su extinción es el replegamiento de esa naturaleza al estado de latencia”[6]. Los budas Sakyamuni y Tajo también son estas dos fases de vida y muerte.
No hay ninguna diferencia o separación entre Sakyamuni – quien alcanzó la Iluminación incontables eones atrás – , el Sutra del Loto – que conduce a todas las personas a la Budeidad
[7] – y nosotros, mortales comunes. Por lo tanto, entonar Miojo Rengue Kio con plena conciencia de esto es heredar la Ley suprema de la vida y de la muerte. Perpetuar esta herencia es la tarea más importante que deben llevar a cabo los discípulo de Nichiren, y es también, precisamente, lo que significa abrazar el Sutra del Loto.
El sutra proclama, para aquel que se arma de fe y entona Nam Miojo Rengue Kio con la profunda conciencia de que ese es el último momento de su vida: “Después de su muerte, un millar de budas extenderán sus manos para liberarlo de todo temor e impedir que caiga en los malos caminos”
[8]. ¿Cómo entender las lágrimas, ante la dicha indescriptible de saber que, no sólo uno o dos, no sólo cien o doscientos, sino mil budas vendrán a recibirnos con los brazos abiertos?.
En cambio, el que no tenga fe en el Sutra del Loto se encontrará con las manos firmemente aferradas por los guardianes del Infierno y, tal como advierte el Sutra, “… después de su muerte caerá en el Infierno de sufrimiento incesante”
[9]. ¡Qué lamentable! Entonces, los diez reyes del Infierno[10] dictarán sentencia sobre él, y los mensajeros celestiales[11] que lo han acompañado desde el nacimiento lo condenarán por sus malas acciones.
Imagínese que esos mil budas que extienden sus manos a todos los discípulos de Nichiren que entonan Nam Miojo Rengue Kio son como melones o campanillas que tienden sus finas enredaderas. Mis discípulos han podido recibir y abrazar el Sutra del Loto en virtud de los poderosos lazos que establecieron con esta enseñanza en sus existencias pasadas. Sin duda, obtendrán la Budeidad en el futuro. La herencia del Sutra del Loto fluye en la vida de aquellos que jamás lo abandonan en ninguna existencia, ni en el pasado, ni en el presente ni en el futuro. Pero aquellos que no creen en el Sutra del Loto y actúan contra él “destruirán todas las semillas para llegar a ser budas en este mundo”
[12]. Y al desvincularse del potencial de lograr la Iluminación, ya no comparten la herencia suprema de la fe.
Todos los discípulos y creyentes de Nichiren deben invocar Nam Miojo Rengue Kio en unión (Itai Doshin), transcendiendo todas las diferencias que pueda haber entre ellos
[13], hasta llegar a ser inseparables como los peces y el agua en que nadan. Este lazo espiritual es la base para la transmisión universal de la Ley suprema de la vida y de la muerte. Aquí yace el verdadero objetivo de la propagación de Nichiren. Cuando estén unidos así, hasta el gran anhelo del Kosen-rufu podrá lograrse sin falta. Pero si alguno de los discípulos de Nichiren rompe la unión de Itai Doshin, destruirá su propio castillo desde el interior.
Nichiren ha estado tratando de despertar la fe en el Sutra del Loto en todos los habitantes del Japón, para que ellos también puedan compartir la herencia y manifestar la Budeidad. Pero, en cambio, me atacaron una y otra vez y, finalmente, me expulsaron a esta isla. Sin embargo, usted siguió a Nichiren y, como resultado de ello, tuvo que enfrentar diversos sufrimientos. Cuando pienso en su angustia, me invade un profundo dolor. El oro no puede ser quemado por el fuego ni corroído ni arrastrado por las aguas pero el hierro es vulnerable a ambos. El sabio es como el oro, y el necio es como el hierro. Usted es como el oro puro, ya que abraza el “oro” del Sutra del Loto. Un fragmento de este sutra dice: “El monte Sumero es la más elevada de todas las montañas. Del mismo modo, el Sutra del Loto es las máxima entre todas las enseñanzas”
[14]. También señala: “La buena fortuna del creyente no puede ser quemada por el fuego ni arrastrada por las aguas”[15].
Deben de ser los lazos del karma del distante pasado lo que lo destinaron a convertirse en mi discípulo en un momento como este. Los budas Sakyamuni y Tajo, sin duda, comprenden esta verdad. Cuando el sutra declara: “En existencia tras existencia, siempre nacen junto a sus maestros, en las tierras de buda de todo el universo”
[16], no puede haber una sola palabra de falsedad.
¡Qué admirable que usted me haya preguntado sobre la herencia de la Ley suprema de la vida y de la muerte! Nadie jamás me había hecho esa pregunta. En esta carta le he respondido detalladamente, por eso quiero que la atesore en lo profundo del corazón. Lo importante es continuar la práctica, con la convicción de que Nam Miojo Rengue Kio es la sabia vital que se ha transmitido de los budas Sakyamuni y Tajo al bodisatva Yogyo.
La función del fuego es arder y dar luz. La función de agua es eliminar la suciedad. El viento dispersa el polvo e infunde vida a plantas, animales y seres humanos. La tierra nutre las hiervas y los árboles, y el cielo brinda la humedad vital. Miojo Rengue Kio también actúa de todas estas formas. Es el cúmulo de beneficios que trajeron los bodisatvas de la tierra. El Sutra del Loto dice que el bodisatva Yogyo tendría que aparecer ahora para propagar esta enseñanza en el Día Posterior de la Ley, pero ¿esto sucedió en realidad? Ya sea que el bodisatva Yogyo haya aparecido o no en este mundo, lo cierto es que Nichiren al menos dio el paso inicial en la propagación de esta enseñanza.
Tome la decisión de extraer el inmenso poder de su fe e invoque Nam Miojo Rengue Kio con la oración de que su fe sea firme y correcta en el momento de su muerte. Jamás busque otra forma de hereda la Ley suprema de la vida. Entonces, podrá comprender que los deseos mundanos son Iluminación y que los sufrimiento de la vida y de la muerte son el nirvana. Sin la sabia vital de la fe, sería inútil abrazar el Sutra del Loto.
En otra oportunidad, le daré más detalles.

Con mi profundo respecto,
Nichiren, el shramana del Japón.
De mi puño y letra.

En el undécimo día del segundo mes, en el noveno año de Bun’ei (1272)


Antecedentes

Los registros son incompletos, pero se cree que Sainen-bo Nichillo era un destacado sacerdote de la escuela Tendai que, por alguna razón desconocida, había estado viviendo durante algunos años en la isla de Sado. Allí conoció al Daishonin y se convirtió en su seguidor. “Herencia de la Ley suprema de la vida”, fechada el 11 de febrero de 1272, es la respuesta a una pregunta de Sainen-bo, quien también fue destinatario de algunos de los más profundos escritos del Daishonin, entre ellos, “La verdadera entidad de la vida”, “Sobre la oración” y “La iluminación de las plantas”.
Hacia el siglo XIII, la antaño prestigiosa escuela Tendai se había deteriorado con la penetración de las enseñanzas esotéricas de la escuela Shingon. Durante dos siglos, el famoso santuario Majayana del Monte Jiei había sido el eje del mundo religioso japonés, pero el budismo que allí se practicaba ya no era relevante para la necesidad de la época ni tampoco ortodoxo. La escuela había caído en el formulismo y en la monótona repetición d un ritual establecido hacía mucho tiempo.
Sainen-bo era un sagaz erudito. Seguramente se hallaba desanimado por la falta de ortodoxia y disciplina dentro de su escuela y, rápidamente, sintió expuesta por Nichiren Daishonin y su sabiduría. Buscaba respuesta a la pregunta fundamental, de la vida y la muerte, y el Daishonin lo alabo diciéndole: “¡Qué admirable que usted me haya preguntado sobre la herencia de la Ley suprema de la vida y de la muerte!”. Lo introdujo en el misterio de la Iluminación del propio Buda y le proporcionó una guía práctica para que las personas comunes pudieran lograr el mismo fin.
En el primer párrafo, el Daishonin afirma que Nam Miojo Rengue Kio, que es en sí mismo su Iluminación interior, es la herencia de la Ley fundamental de la vida. Transmitió esa Ley a su inmediato sucesor, Nikko Shonin. Sin embargo, en sentido general, esa Ley fluye en las profundidades de la vida de quienes entonan Nam Miojo Rengue Kio.
En este Gosho, Nichiren Daishonin declara que no hay ninguna diferencia entre él, el Gojonzon – que es la corporificación de su vida iluminada – y nosotros, personas comunes que entonamos. En cuanto al tiempo, la sabia vital – relación mística entre la Ley y la vida de la gente – corre eternamente a través del pasado, el presente y el futuro, sin detenerse en ninguna existencia. Con respecto al espacio, la herencia de la Ley fundamental fluye dentro de la vida de los discípulos del Daishonin que entonan Nam Miojo Rengue Kio, unidos en el propósito de establecer la paz mundial.
Después de haber establecido que la Ley está dentro de uno, Nichiren Daishonin explica cómo heredar la Ley fundamental y cómo manifestar la Budeidad innata. Alienta la actitud de pensar “este es el último momento…”, para tener una existencia lo más significativa posible y una fuerte identidad que trascienda tanto la vida como la muerte. Al tratar el tema de los mil budas y de los Diez Reyes del Infierno, revela la continuidad de causa y efecto, que abarca el pasado, el presente y el futuro. Cualquiera sea la condición de vida que predomine en esta existencia, será llevada a la próxima. La herencia de la Ley fundamental fluye desde el infinito pasado hasta el eterno futuro. Pulsa vigorosamente en la fusión de la Ley – el Gojonzon – con la vida de las personas y, también, en el reconocimiento mutuo y el aliento de quienes defienden dicha Ley. Que alguien pueda o no heredar la sabia vital del Budismo del Daishonin depende, enteramente, de su fe. Por eso advierte estrictamente en su conclusión: “sin la sabia vital de la fe, sería inútil abrazar el Sutra del Loto”.

NOTAS:
[1] Cinco caracteres de Miojo Rengue Kio: Son Mio, Jo, Ren, Gue y Kio. En los escritos del Daishonin, Miojo Rengue Kio suele sustituirse por Nam Miojo Rengue Kio.
[2] Jokke Guengui, Vol. 7.
[3] Tendai Hokkeshu Gozu Homon Yosan, Vol. 5.
[4] Yin y yang: Dos principios universales de la antigua filosofía china. Yin es el principio negativo, oscuro y femenino; Yang es positivo, brillante y masculino. Se pensaba que la interacción de ambos principios afectaba el destino de todas las cosas.
[5] Cinco planetas: Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. En el Japón del siglo XIII no se conocían los planetas más lejanos del Sistema Solar.
[6] Maka Shikan, Vol. 5.
[7] Nichiren Daishonin emplea el nombre de Sakyamuni para referirse al Buda, y el del Sutra del Loto para referirse al Gojonzon. Por ende, si analizamos este fragmento desde el punto de vista del Budismo verdadero, significa que el Buda original de kuon ganllo, el Gojonzon que conduce a todos los hombres a la Budeidad y nosotros, personas comunes, no somos diferentes en modo alguno ni estamos separados unos de otros.
[8] Sutra del Loto, cap. 28.
[9] Sutra del Loto, cap. 3.
[10] Diez reyes del Infierno: Figuras simbólicas de la tradición religiosa popular. Una concepción china consideraba el Infierno como un tribunal demoníaco, donde se juzgaba a los fallecidos por sus actos negativos.
[11] Mensajeros celestiales: Se refiere a Dosho y Domyo, dos “mensajeros celestiales” que, según se dice, pasan toda la vida sobre los hombros de las personas desde que éstas nace, para observar cada uno de sus actos. Simbolizan la Ley de causa y efecto en la vida, tal como la expone el Budismo.
[12] Sutra del Loto, cap. 3.
[13] Transcendiendo todas las diferencias que pueda haber entre ellos: Esta frase podría haberse traducido, literalmente, como “sin discriminar en absoluto entre el yo y el otro, entre esto o aquello”. No significa una negación de la individualidad, sino una exhortación a acortar las distancias entre las personas, que surgen del egoísmo y de la desconfianza.
[14] Sutra del Loto, cap. 23.
[15] Ib.
[16] Ib., cap. 7.

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